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El 2 de enero de 2016, tras una jornada de paseo por el entorno del
terreno, Ana y Francisco Javier tuvieron la idea de recoger
firmas mediante la plataforma Change.org para demandar un bosque
mediterráneo en este amplio descampado. En tan solo tres semanas, la
petición acumuló más de 17.000 firmas. Los propios firmantes, a través de las redes sociales, sugirieron una primera reunión para poner en común ideas y propuestas para hacer realidad el bosque. Así fue como el 23 de enero de 2016, en la sede de la asociación de vecinos La Cooperación, se constituyó públicamente la plataforma ciudadana Bosque Urbano Málaga (BUM).
El objetivo señalado en la reunión fundacional era lograr una gran masa forestal con especies vegetales autóctonas que cubriesen los 177.548 m2 de la parcela. Se acordó una presencia arquitectónica mínima, la imprescindible para el disfrute ciudadano (bancos, fuentes, papeleras, iluminación…) y realizada con materiales ecológicos que se mimetizasen con el entorno (madera y piedra). Asimismo, se reservarían espacios que propiciasen el disfrute ciudadano —como, por ejemplo, huertos urbanos—, y se generaría un gran lago natural que fomentaría la biodiversidad. Para ello, se crearon tres comisiones de trabajo: acción, proyecto y comunicación, que comenzaron a trabajar en campañas de difusión, tales como charlas explicativas, reuniones con organizaciones vecinales, profesionales y académicas, conferencias y foros universitarios, plantaciones de árboles, limpiezas de la parcela o marchas ciclistas que, a día de hoy, continúan realizándose.
Después de años de trabajo de las voluntarias y voluntarios de BUM, en el solar ya se empieza a ver como crecen los mas de 300 arboles de diferentes especies mediterráneas que se han ido plantando en las numerosas plantaciones.