NZURI DAIMA

Querida familia,
Hace tiempo que quiero escribiros para contaros como siguen las cosas pero los días pasan intensos y la vida rápido y no había encontrado el momento.
Dejarme que comience dando la bienvenida a los nuevos teamers, ¡gracias por sumaros! muy bienvenid@s. Y un abrazo enorme a los que ya estabais, gracias, gracias por la constancia y el apoyo.

Las cosas por Sudan, el norte, no nuestro Sudan del Sur, están terribles, nuevas masacres y nuevas movilizaciones de incontables personas buscando refugio. Buscando refugio aquí, en el Sur, donde la situación también esta muy mal, muy mal, y comer sigue siendo un lujo, donde todas las últimas veces cruzando la frontera terrestre ha sido durísimo, donde si antes era una lotería esperando que no te pararan los rebeldes, ahora toca lidiar con militares desesperados también que lo ponen muy difícil.
En los últimos meses hemos tenido peleas incluso con el gobierno de Uganda, tanques, incontables secuestros de jóvenes, muchísima tensión política, y muchísima desesperación por el aumento de precios que no cesa.

A pesar de todo, en Yei, vamos viendo creer esas semillas de esperanza plantadas entre todos:
En las escuelas que apoyamos poder dar comida extra es lo más valioso sin duda para todos los niños y niñas y la asistencia en todas ellas se ha duplicado pasando de escuelas de 480 alumn@s a más de 1000.

La banda musical está consiguiendo pequeñas contrataciones que nos ayuda a que los miembros reciban un poco de ayuda para sus materiales escolares, y les sana a un nivel emocional y mental.
Seguimos con la danza y hemos incorporado coros acapella ahora también.
Los grupos de salud mental siguen innovando formas de concienciar y dar apoyo y están creando una película documental.
Tenemos numerosísimos ecogrupos que están entusiasmados no solo con plantar más árboles si no con mantener limpio Yei.
En la carcel seguimos sacando los casos de niñ@s injustamente encarcelados y estamos dando apoyo educativo y tratando de garantizar unas condiciones humanitarias mínimas.

Nuestras mujeres también avanzan en sus cooperativas: mochilas de plástico reciclado, creación de papel y de jabón, roto os contaré más de esto.

Y aunque se pasa miedo, somos resilientes y estamos decididos a que ese miedo no nos impida seguir. Queremos mejorar el hospital, tenemos muchos sueños por cumplir, y muchas barriguitas que llenar.

¡Ojalá fuéramos más! gracias a cada un@ por ser ese como de nieve, con aparente nada de peso, ni un ápice, pero imprescindible para que podamos romper la rama de la indiferencia.

Con cada un@ todo nuestro amor!!!

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