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Descansa en paz Irina

Nuestra querida abuelita se ha marchado.

Hace unas semanas vimos que tenía diarrea y había perdido peso, como era muy mayor decidimos que pasaría a vivir a la zona de cuidados especiales, con Lidiana y Neus.

Con medicación y vitaminas la diarrea mejoró y tenía muchísimo apetito pero, debido a la edad, apenas engordaba. Los últimos días se encontraba más débil y le costaba mantenerse en pié, hasta que finalmente se fue, acompañada de todos nosotros y de sus compañeras Neus y Lidiana.

Irina llegó ya siendo muy mayor, de un pueblo vecino, junto con Fedora y Katherina que ya nos han dejado. Toda su vida fue explotada para robarle sus bebés y su leche, al igual que a sus hermanas. En el momento que no sirven para seguir siendo explotadas se deshacen de ellas en el matadero, afortunadamente, el hombre que las tenía en casa oyó hablar del Santuario y nos pidió que le diéramos, al menos, unos buenos años de vejez.

Así ha sido, en los últimos cuatro años Irina vivió con dignidad, rodeada de amor y cuidados y no nos lo podía haber agradecido de mejor forma que dándonos su confianza.
Cuando llegó con sus hermanas se quedaban debajo del comedero aterrorizadas y, poco a poco, aprendieron a vivir sin miedo y a recibir cariño de manos humanas

Detrás de la leche y del queso está el sufrimiento de Irina, de Fedora, de Katherina y de tantas miles de vidas.

Dulce Irina lo sentimos en el alma. Tu historia y tu mirada nos ha marcado a todos los que te hemos conocido y siempre nos acompañarás. Te queremos mucho pequeña