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SEGUIMOS EN FASE CER, OBSERVANDO, CUIDANDO Y CASTRANDO
Chencho, Celia y Kuro son nuestras últimas capturas de CER y no podemos estar más contentas.

Chencho, siempre cerca nuestro cada vez que vamos al Arbusto, es un machito joven que hace poco nos pegó un gran susto cuando le vimos en lo alto de un árbol a más de 8 metros de altura. Otro macho le perseguía y a él para escapar no se le ocurrió mejor idea que subir a la copa de un árbol de gran altura. Afortunadamente bajó solo aunque no le quitamos ojo mientras lo hacía para asegurarnos que estaba bien. Eso hizo que adelantara puestos en la lista de objetivos para castrar y así evitar que este tipo de situaciones se repitan. El siguiente desde luego va a ser el macho "perseguidor" . Los gatos castrados son menos territoriales y las peleas se reducen mucho.

Celia es toda una madraza, no podemos definirla de otra manera. Ella es la mamá de Panchito, Javito, Doradito, Audrey y Tigrillo (cómo te echamos de menos, pequeño, ojalá nos des la sorpresa y un día aparezcas de nuevo). Ella es una madre luchadora, pequeña de tamaño pero toda una leona defendiendo a sus pequeños, como diría Belén Esteban "por mis hijos MA-TO". Esta primavera, cuando nos dimos cuenta que estaba preñada, entrábamos ya en la fase de confinamiento y no pudimos hacer nada más que asegurarnos que comía bien y que ella se encontraba bien en todo momento. Nos prometimos que ésta sería su última camada, y así ha sido. Una vez que vimos que los pequeños se valían por sí mismos, la capturamos y esterilizamos. Su vuelta al Arbusto no ha podido ser más bonita y emotiva. Según la soltamos se puso a llamar a sus cachorros que fueron respondiendo poco a poco a su llamada saliendo con el rabito en alto. Celia les iba lamiendo según salían y ellos a ella. Qué instinto maternal tienen, qué mal lo tienen que pasar aquellas madres que pierden su camada o se los quitan. Es inconmensurable

Kuro es un veterano del Arbusto, un gato alfa en toda regla y padre seguro de unos cuantos gatos que viven allí. Hace unas semanas le vimos con mal aspecto, cojeaba y se le veía lo que se dice "currado". La vida en la calle es muy dura lo que seguro que sumado a las peleas para marcar territorio acaban pasando factura. Siempre ha sido muy desconfiado, no se acercaba ni a dos metros de distancia de la jaula trampa. Gracias a Los Cuatro de la Empanadilla por fin está castrado, y en cuanto se recupere de sus heridas estará de vuelta en el Arbusto.

Cada día somos más conscientes de lo importante que es observar y conocer a los gatos que cuidamos cada día para poder actuar de la mejor manera posible cuando ellos lo necesitan, o ver cuándo es el momento adecuado para capturarles. El método CER no es solo capturar y castrar, es ética, conocimiento y cuidado.