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Ayer fallecía Cram
Cram era uno de los cerdos más mayores del santuario, tenía nueve años. A los pocos meses de vida se había librado de ser encerrado en una jaula, mientras le daban pienso para engordar y hacer el último viaje de su vida con sólo seis meses de edad para ser servido en una bandeja del supermercado.

Pero todo eso Cram no lo vivió. Creció como lo que era, un bebé querido. Aunque siempre arrastró las marcas que te deja la explotación. Todos los cerdos vienen del jabalí, el jabalí es un animal muy ágil, inteligente, capaz de correr, de saltar y de vivir en la naturaleza. Pero Crampi no podía, la sarna existente en la mayoría de granjas de cerdos le dejó de por vida un problema crónico en la piel, a pesar de los tratamientos. Tampoco pudo, a lo largo de su vida, ni correr ni saltar. Desde pequeño sus retorcidas piernas le hacían la existencia un poco más complicada. El consumo de carne, la demanda de cerdo, hace que los productores cada vez busquen animales más grandes, más largos, con más “jamones” asi que la existencia de los cerdos incluso fuera de las granjas muchas veces se acompaña de demasiados problemas.

Operamos a Cram hace un año y contra todo pronostico volvió a andar. En el hospital, en la primera cirugía de un cerdo de 250 kilos, se enamoraron de él. ¿Quién va a operar un cerdo? Quienes los aman. Y Crampi volvió a andar, volvió a disfrutar del sol, de las caricias, del amor de todos los que pasaban por aquí y le conocían. Su mente totalmente brillante y despierta en un cuerpo que ya no se mantenía por él mismo hasta que no ha podido más. Y sus piernas no le levantaban, y aunque él deseaba seguir viviendo el dolor ha podido con él. Rescatamos sus vidas, les damos una oportunidad, para nosotros ellos son nuestros niños, nuestros hijos y ójala no tuviéramos que enfrentarnos al dolor de verlos partir recordando que hay cosas de la explotación contra las que no puedes luchar y no puedes hacer nada más que pensar que Cram tuvo una vida digna, que fue libre, que conoció las rascadas de barriga, la crema solar porque sí, también los cerdos de granja son albinos y muchos sufren de cáncer de piel cuando su piel preparada para vivir en una granja vive al aire libre, disfrutando del sol, de la tierra como todos los habitantes de este mundo deberíamos hacer.

Se va un hijo, alguien muy querido en el santuario, se va y nos recuerda que la cruel industria de la carne asesina a millones como él cada día. Ayer entre lágrimas veíamos como toda su familia se acercaba a él con un respeto inmenso e intentaban levantarle. Le olían la nariz y permanecían de luto, a su lado. Las emociones no son exclusivas del ser humano, Hoy todo el santuario esta de luto, y aunque apenas podemos parar a llorarte, un trozo de corazón se va contigo.

Descansa en Paz Cram